2 de Octubre, 8:52 de la tarde, este es el momento exacto en el que me entere que te habías ido, por aquel entonces no terminaba de creérmelo, creo que fui consciente en el momento en el que supe como había reaccionado la abuela, creo que fue ahí y solo ahí, cuando finalmente fui consciente, recuerdo el suspiro las lagrimas y ver a mi novia animarme, recuerdo que lo pase con un trago de algo alcohólico, ni siquiera recuerdo lo que era, recuerdo lo que cene con exactitud, unas fajitas, y lo que hice inmediatamente después, recuerdo con quien hable, recuerdo prácticamente cada conversación de las siguiente 48 horas, porque aunque he intentado olvidarlo, soy incapaz.
Recuerdo el sentimiento de vació que sentí en ese momento, lo mal que me sentía porque veía que los demás eran "mas humanos" que yo, los veía mas tristes, ahora simplemente se que lidiaban con lo mismo que yo, simplemente de una forma diferente, yo me enfocaba en ser positivo, recuerdo el enfado que sentí en la iglesia al ver a la única persona a la que puedo culpar de muerte, y si, se que no te mato, pero también se que acorto tu vida significativamente. Por no estar atenta, por no darse cuenta de que estabas enfermo, por no cuidarte como merecías.
Pero incluso eso tiene algo positivo, una vez mas demostró la clase de personas que tengo en mi familia, como todos íbamos a verte y cuidarte cuando y como podíamos, como siempre había alguien en aquella habitación de hospital, da igual que nos tocara dormir en el coche, o en aquella incomoda silla, familiares, amigos, simples conocidos... todos iban a verte, aquello me impresiono, siempre tuviste algo especial, eras magnético, era imposible odiarte, enfadarse contigo o ignorarte, incluso cuando no estábamos de acuerdo contigo o te equivocabas. Porque aunque siempre lógico e inteligente, como todos te equivocabas.
Otra cosa positiva fue el descubrir que mis amigos son la hostia, casi todos me escucharon, me animaron, algunos incluso se ofrecieron a ir a tu funeral o al tanatorio, y aunque rechace sus propuestas estuve encantado de ver como estaban ahí, no solo estuvieron a la altura, sino que superaron cualquier expectativa que tuviese sobre ellos.
Pero eso ya ha pasado, y he tenido que vivir un año sin ti, sin tus consejos (Por locos que fueran a veces), sin conversaciones triviales en las que hablábamos de todo y de nada, he tenido que vivir sin esas postales que me enviabas cada año por mi cumpleaños y que atesoro en uno de los cajones de mi mesa de noche, sin "discutir" mis ideas "modernas" enfrentando mi postura a la tuya, que era mucho mas tradicional en algunos ámbitos, sin he tenido que vivir sin reírme cuando me decías que me casara, que te daba igual que lo hiciera por la iglesia que por lo civil, pero que "no viviese en pecado".Sin tus pequeñas bromas, sin sentarme a comer contigo y el resto de la familia durante tu cumpleaños, sin tener que entrar a hurtadillas en mi propia casa para no despertarte cuando llegaba de fiesta y dormías, sin que vieras algunos de mis trabajos, ya fuesen de pintura o fotografía, sin que me dijeras que te gustaba y que no... Finalmente he vivido sin esa expresión de alegría que ponías al vernos aparcar, sin que salieras a recibirnos y solo siento tristeza viendo esa silla de la cocina en la que te sentabas vacía, ocupada solo por aire, algún visitante ocasional o por la abuela, a quien al ver una foto tuya se le ilumina la cara, aunque suele ir seguida de una expresión de profunda tristeza
Y créeme, no ha sido fácil reflexionar sobre todo esto, hacer balance e intentar transmitirlo desde una perspectiva positiva, pero me enseñaste bien.
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